Mi Buen Pastor – Cristo para Todas las Naciones

Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, huye y abandona las ovejas cuando ve venir al lobo, y el lobo las arrebata y las dispersa. Al que es asalariado, no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; y yo pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a aquéllas debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor. Por eso el Padre me ama, porque yo pongo mi vida para volver a tomarla. Nadie me la quita, sino que yo la doy por mi propia cuenta. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volver a tomarla. Este mandamiento lo recibí de mi Padre» (Juan 10:11–18).

Este domingo es el cuarto domingo de Pascua, cuando celebramos que Jesús, el Buen Pastor, da su vida por sus ovejas. Y no es una vida arrebatada, sino entregada voluntariamente por amor a cada uno de nosotros. Es un acto tan profundo y significativo, que va más allá de nuestra comprensión humana.

Jesús, como el enviado del Padre, tiene la autoridad para entregar su vida. Y lo que es aún más asombroso, la autoridad para tomarla de nuevo. Esta entrega no solo habla de sacrificio, sino también de un poder divino que trasciende la muerte misma. Y lo hace porque nos conoce, nos ama y desea reunirnos en un solo rebaño bajo su cuidado amoroso.

Esta conexión entre el Buen Pastor y nosotros sus ovejas no terminó en la cruz, sino que continúa en la actualidad a través de la voz de su Evangelio. Sus palabras nos llaman a unirnos a la comunidad de creyentes, formando un solo rebaño bajo un solo Pastor. Los apóstoles, inspirados por este llamado, proclamaban la resurrección en Jesús, destacando que en Él encontramos la salvación. No hay otro camino, ninguna otra fuente de salvación. Esta verdad es consuelo para nuestros corazones, pues nos libera de la condenación. Esta verdad transforma nuestras vidas y nos impulsa a amarnos y servirnos unos a otros con el mismo amor sacrificial que recibimos de Él.

¡Qué hermosa bendición es ser parte del rebaño del Buen Pastor!

Oremos: Amado Dios, te agradecemos por darnos a Jesús como nuestro Buen Pastor, aquel que dio su vida por nosotros, sus ovejas. Ayúdanos para que proclamemos con alegría la resurrección en Jesús, reconociendo que solo en Él encontramos salvación. Amén.

Para reflexionar:

*¿Cómo te hace sentir saber que Jesús, como tu Buen Pastor, conoce personalmente cada detalle de tu vida y aun así está dispuesto a dar su vida por ti?

*En medio de las distracciones y desafíos diarios, ¿cómo puedes asegurarte de escuchar la voz del Buen Pastor y seguir formando parte de su rebaño?

Write a comment:

*

Your email address will not be published.

© 2008 - 2022 Cristo para Todas las Naciones Guatemala