Del corazón del hombre surgen los planes, pero del Señor proviene la respuesta de la lengua. Según el hombre, todo camino es limpio, pero el Señor pondera los espíritus. Encomienda al Señor tus acciones, y tus pensamientos serán afirmados (Proverbios 16:1-3).
Ya estamos a finales de abril. ¿Cómo van las metas que estableciste al inicio del año? Nunca es tarde para seguir tratando de lograrlas o para establecer nuevas. La Palabra de Dios nos enseña que del corazón del hombre surgen planes y sueños. Pero lo hermoso es que la respuesta, la dirección de nuestra lengua y de nuestras acciones, proviene del Señor.
Reflexionemos en la maravilla de poder confiar en un Dios que desea guiarnos hacia una vida plena. Jesús mismo afirmó su deseo de que tengamos vida en abundancia. Pero ¿cómo podemos experimentar esta vida abundante que Dios anhela para nosotros?
En Proverbios 16:3 encontramos una guía clara: «Encomienda al Señor tus acciones, y tus pensamientos serán afirmados.» Aquí radica la clave: confiar en Dios, entregarle nuestras metas, buscar su guía a través de su Palabra y alinear nuestras aspiraciones con su voluntad. Y lo más importante es hacerlo todo para darle siempre la gloria a Él, como nos lo recuerda 1 Corintios 10:31, donde dice: “Así que, si ustedes comen o beben, o hacen alguna otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”.
Es que la cruz de Cristo no solo nos ofrece perdón y reconciliación, sino también guía y dirección para una vida plena y significativa que dé la gloria a Dios en todo. Así que sí, en pleno abril puedes revisar y reevaluar tus metas de este año para que todo lo que hagas te lleve a darle la gloria a Dios.
Y si has fallado y no has logrado darle la gloria a Dios en tus planes y metas, ten la certeza de que puedes acercarte a él y pedirle perdón. Él siempre está dispuesto a perdonarte y a empoderarte para seguir tratando por el resto de tu vida, en respuesta a su amor y redención.
Oremos: Padre celestial, te pedimos perdón por no haber dado lo mejor de nosotros. Ayúdanos con tu gracia y poder para alinear nuestras metas con tu voluntad y a hacer todo para tu gloria y el bien de quienes nos rodean. Amén.
Para reflexionar:
*¿De qué manera encomiendas al Señor tus acciones y alineas tus aspiraciones con su voluntad?
*¿Qué necesitas hacer para reevaluar tus metas y asegurarte de que cada paso que tomes te lleve a darle gloria a Dios en todo lo que haces?