Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando vayas por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás en tu mano como una señal, y las pondrás entre tus ojos como frontales, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas (Deuteronomio 6:4-9).
Dado que nuestros hijos nacieron en los Estados Unidos, alguien nos aconsejó que uno de nosotros les hablara solo en español y el otro solo en inglés, para que fueran 100% bilingües. Si bien lo intentamos, nunca los presionamos para que lo hablaran. Ellos entienden todo cuando se les habla en español, pero al responder usan “espanglish”, una mezcla de los dos idiomas.
La verdad es que no fuimos intencionales en enseñarles el español. Pero no nos pasó lo mismo en cuanto a enseñarles nuestra fe. Allí sí fuimos muy intencionales. No perfectos, pero intencionales. Todos podemos serlo siguiendo el ejemplo de tantos cristianos que, por siglos, han usado las Seis Partes Principales de la Doctrina Cristiana como resumen básico para enseñar la fe cristiana. Éstas son: los Diez Mandamientos, el Credo, el Padrenuestro, el Bautismo, el Oficio de las Llaves y Confesión, y la Santa Cena.
En los Diez Mandamientos Dios nos da a conocer su voluntad. El Credo nos resume quién es Dios y lo que ha hecho por el mundo. En el Padrenuestro Jesús nos enseña cómo orar como Hijos amados de Dios. En el Santo Bautismo somos limpiados de nuestros pecados y llegamos a pertenecerle al único y verdadero Dios.
Y, porque todavía luchamos contra los pecados de pensamiento, palabra y obra, Dios, en su misericordia, le ha dado autoridad a su iglesia para perdonar los pecados de los penitentes y no perdonar a quienes no se arrepienten con el Oficio de las Llaves y la Confesión. Finalmente, en el Sacramento del Altar o la Santa Cena, Jesús nos da su verdadero cuerpo y su verdadera sangre con el pan y el vino para el perdón de nuestros pecados y para fortalecer nuestra fe.
Está bien si tus hijos hablan solo inglés o español, o si hablan espanglish. Pero asegúrate que las personas que tienes bajo tu cuidado e influencia estén muy claros en su fe cristiana.
Oremos: Señor nuestro Dios, te pedimos que en Cristo nos concedas amarte con todo nuestro corazón, y con toda nuestra alma, y con todas nuestras fuerzas, y compartirte con nuestras familias y quienes nos rodean. Amén.
Para reflexionar:
*¿De qué maneras das testimonio de tu fe en tu trabajo, estudio y comunidad?
*¿Cómo puedes integrar las Seis Partes Principales de la Doctrina Cristiana en la vida diaria de tu familia?
