Vergüenza convertida en alegría – Cristo para Todas las Naciones

Ese mismo día, dos de ellos iban de camino a una aldea llamada Emaús, que distaba de Jerusalén sesenta estadios. … y mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó y los iba acompañando. Pero ellos no lo reconocieron, y es que parecían tener vendados los ojos. Se veían tan tristes que Jesús les preguntó: «¿De qué tanto hablan ustedes?» Uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha sucedido en estos días?» «¿Y qué ha sucedido?», preguntó Jesús. Y ellos le respondieron: «Lo de Jesús de Nazaret, que ante Dios y ante todo el pueblo era un profeta poderoso en hechos y en palabra. Pero los principales sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. …  Aunque también nos han dejado asombrados algunas mujeres de entre nosotros, que fueron al sepulcro antes de que amaneciera. Como no hallaron el cuerpo, han venido a decirnos que tuvieron una visión, en la que unos ángeles les dijeron que él vive. …  Entonces Jesús les dijo: «¡Ay, insensatos! ¡Cómo es lento su corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿Acaso no era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, antes de entrar en su gloria?» … Cuando llegaron a la aldea adonde iban, Jesús hizo como que iba a seguir adelante, pero ellos lo obligaron a quedarse. Le dijeron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde, y es casi de noche.» Y Jesús entró y se quedó con ellos. Mientras estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y les dio a ellos. En ese momento se les abrieron los ojos, y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista (Lucas 24:13, 15-20, 22-23, 25-26, 28-31).

No puedo evitar sonreír mientras imagino esta historia. ¿Qué pasaba con Jesús que les hace preguntas como si no supiera ya sus respuestas? Sólo puedo pensar que fue de alegría. Alegría porque había cumplido su gran obra de morir en la cruz para salvarnos a todos, y nada podía ahora arrebatar a su pueblo de sus manos. ¡Alegría porque había vencido a la muerte y ahora todo el que confía en él vivirá para siempre, incluso los discípulos tan despistados como esos dos!

Espero que los otros discípulos se hayan reído mucho de estos dos después de que la noticia de la resurrección de Jesús hubiera sido asimilada por todos. Pero no con esa risa que se burla y hiere, sino con la que brota del amor y gozo. Porque ahora está bien cuando nos equivocamos, cuando cometemos errores, e incluso cuando terminamos siendo famosos para siempre en la Biblia por ser tontos o incrédulos. Jesús lo arreglará con su misericordia. Jesús ya lo ha arreglado con su muerte y resurrección, por lo que ahora vivimos como hijos de Dios perdonados, amados y gozosos con él para siempre.

Oremos: Querido Padre, gracias por cubrir nuestra vergüenza y darnos en su lugar alegría con Jesús. Amén.

Para reflexionar

¿Por qué será que los discípulos no creyeron el informe de las mujeres?

¿De qué manera el amor y la misericordia de Jesús te ayudan a lidiar con la vergüenza?

Escrito por la Dra. Kari Vo

Write a comment:

*

Your email address will not be published.

© 2008 - 2022 Cristo para Todas las Naciones Guatemala