«¡Maestro! ¿Acaso no te importa que estamos por naufragar?» Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas: «¡Silencio! ¡A callar!» Y el viento se calmó, y todo quedó en completa calma (Marcos 4:38b-39).
¿Qué tan difícil es confiar en Dios?
Cuando todo está bien es muy sencillo decirle a Dios: “Señor, yo confío en ti”. Pero cuando vienen las tormentas o tempestades a nuestra vida y no logramos comprender dónde está Jesús, nos invaden las dudas, la angustia y el temor.
Esta misma angustia es la que en muchas ocasiones sintieron los discípulos de Jesús. La sintieron cuando Jesús les dijo que su reino no era de este mundo. La sintieron cuando no supieron cómo alimentar a más de cinco mil personas, y la sintieron el día que Jesús caminó al calvario a entregar su vida en la cruz.
En nuestra historia de hoy también podemos ver la angustia que sintieron los discípulos de Jesús al enfrentar una de las peores tormentas que habían visto en su vida. Por lo menos cuatro de esos discípulos eran pescadores de profesión. Aun así, siendo pescadores experimentados, todos ellos se morían de miedo. Y ese mismo miedo los llevó a despertar a su maestro y reclamarle: ¿Acaso no te importa que estemos por naufragar?
Cuando pasamos por las tempestades de la vida, con frecuencia actuamos de esta misma manera. Fácilmente le reclamamos a Dios, diciéndole: ¿dónde estabas cuando tuve hambre?, ¿dónde estabas cuando nos azotó la tormenta?, ¿dónde estabas cuando perdimos a nuestro ser querido? ¿Acaso estabas dormido? ¿Acaso nos abandonaste en medio de las tinieblas y la tempestad?
Pero Dios no nos ha abandonado. Él siempre ha estado a nuestro lado protegiéndonos y defendiéndonos. Cuando los discípulos morían de miedo, Jesús se levantó y con una simple orden la tormenta se calmó. En esos momentos de tempestad y de angustia podemos descansar en los brazos de nuestro Señor Jesús y decirle con fe: “Señor, yo confío en ti”.
Querido Señor Jesús, gracias por siempre estar conmigo aun en medio de las tormentas de la vida. Amén.
Para reflexionar:
¿Cómo reaccionas ante las dificultades de la vida?
¿Pueden los demás ver a Jesús en medio de las tormentas de tu vida?
Cristian Morales