Después de que murió Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a Israel, porque los que querían matar al niño han muerto ya.” Entonces José se levantó y llevó al niño y a su madre de regreso a Israel. Cuando supo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo temor de ir allá, pero en sueños fue advertido y se dirigió a la región de Galilea. (Mateo 2:19-22)
¿Cómo podemos saber lo que Dios quiere que hagamos cuando no está escrito en la Biblia? Por ejemplo, ¿debería aceptar ese trabajo, comprar esa casa, casarme con esa persona? Muchas personas esperan que Dios les hable claramente.
Sabemos que Dios les habló a los profetas con claridad y, por supuesto, Jesús les habló a sus discípulos y a las multitudes. Pero incluso entonces, rara vez las respuestas de Jesús eran simples y completas. Por lo general, las personas todavía tenían que discernir.
Piensa en la historia de José. Herodes había muerto, pero su hijo Arquelao, cruel y peligroso, era rey de Judea. ¿Debería José llevar a su familia de regreso a Judea, el último lugar donde habían vivido? Su sentido común le decía que no. Poco después, Dios confirmó esa decisión en un sueño. Entonces la familia fue a Galilea, donde Jesús podría crecer sin amenazas por su vida.
Tú también puedes estar enfrentando una decisión importante. Cuando oras y lees la Biblia, no olvides usar la sabiduría que Dios te ha dado, como también la sabiduría de tus amigos cristianos. Ese también es un buen regalo de Dios que nos llega a través de nuestro Salvador Jesús. “Cristo es poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1:24b).
Señor, renueva mi mente para que pueda tomar decisiones de acuerdo a tu dirección para mi vida. Amén.
Para reflexionar
¿Te resulta fácil o difícil tomar decisiones?
Si pudieras hacerle una pregunta a Dios y obtener una res- puesta clara, ¿cuál sería?
Comparte una historia sobre un momento en que pediste la ayuda de Dios para tomar una decisión.