Jesús les dijo: “Todos ustedes se escandalizarán de mí esta noche, porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.’ Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea.” Pedro le dijo: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.” Jesús le dijo: “De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.” Pedro le dijo: “Aun cuando tenga yo que morir contigo, jamás te negaré.” Y todos los discípulos dijeron lo mismo. Mateo 26:31-35
Parece que los discípulos no escucharon cuando Jesús les dijo: “Después de que yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea.” Estaban tan obsesionados con la frase: “Todos ustedes se escandalizarán de mí esta noche” que ni siquiera escucharon el resto de las palabras de Jesús. Pedro estalla en negaciones indignadas. “Aun cuando tenga yo que morir contigo, jamás te negaré.”
Esto no nos sorprende. Nadie quiere pensar de sí mismo como cobarde o infiel. Nadie quiere admitir que podría ser capaz de negar a un amigo, y mucho menos a su Señor y Maestro. Y entonces no escuchamos. Tenemos tanto miedo de las malas noticias, que no nos damos cuenta de las buenas.
Porque son buenas noticias: “Después de que yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea.” Jesús lo dice como dándolo por sentado, y su énfasis es en dónde planea encontrarse con ellos en unos días, como si fueran a encontrarse a tomar un café.
Y si bien sus palabras y promesas pasan por encima de las cabezas de los discípulos, no deberían pasar por encima de las nuestras, porque sabemos que Jesús cumple su palabra, buena o mala. Y esto es lo mejor de todo, porque significa que Jesús nos rescatará, nos liberará del pecado, la muerte y el diablo a través de su muerte en la cruz, y nos dará la vida eterna a través de su resurrección. ¡Qué promesa tan maravillosa!
Señor Jesús, gracias porque todas tus buenas promesas se hacen realidad, incluso las que pasamos por alto. Amén.
Para reflexionar
¿Alguna vez perdiste por completo lo que alguien dijo y tuviste que pedir que te lo repitiera?
¿Por qué crees que Jesús puede pensar en la resurrección en ese momento, y los discípulos no pueden?