Paraíso desconocido – Cristo para Todas las Naciones

Entonces Jesús le dijo: «Un hombre ofreció un gran banquete, e invitó a muchos. A la hora del banquete envió a su siervo a decir a los invitados: “Vengan, que la mesa ya está servida.” Pero todos ellos comenzaron a disculparse. … Entonces el dueño de la casa … le dijo a su siervo: “Ve enseguida por las plazas y por las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos” (Lucas 14:16-18a, 21b).

Hace algún tiempo, atraídos por las historias que escucharon sobre sus paradisíacas playas y exuberantes paisajes, mi hermana y su esposo decidieron ir a República Dominicana. Pero lo hicieron sin un guía turístico. Alquilaron un carro sin conocer realmente el lugar ni entender cómo funcionaban las cosas allí. Simplemente confiaron en la dirección de un GPS para llevarlos a través de ese paraíso desconocido.

La Biblia y sus doctrinas pueden parecernos un paraíso desconocido muchas veces. Un ejemplo es la doctrina de la predestinación. Pero al igual que mi hermana y su esposo confiaron en el GPS para guiarlos, nosotros confiamos en algo mucho más poderoso: la Palabra de Dios.

En la Biblia vemos que el Espíritu quiere producir fe en todos y llevarnos al señorío misericordioso de Jesús. Pero no todos los que escuchan el evangelio creen que Jesús es su Señor, porque muchas personas rechazan el evangelio y se resisten al Espíritu Santo. En la lectura de hoy vemos cómo algunos invitados a la fiesta se niegan a asistir.

Pero, aunque Dios escogió a algunos desde la eternidad para que fueran llevados a la fe, él no seleccionó ni predestinó a otros para que fueran incrédulos. Esta enseñanza bíblica es un misterio que desafía la lógica y comprensión humanas. Lo que sí sabemos con certeza es que, en su Palabra, el Señor tiene todo el crédito cuando las personas creen, y que cuando alguien rechaza a Jesús, la responsabilidad cae sobre la persona que hace a un lado la Palabra de Dios.

Aunque parece contradictorio, es lo que Dios enseña. Y al igual que mi hermana y su esposo confiaron en el GPS para explorar República Dominicana, confiemos nosotros en la Palabra de Dios para guiarnos en la vida.

Oremos: Padre nuestro, gracias por invitarnos al banquete celestial a través de tu Hijo Jesucristo. Que nuestra confianza en la dirección de tu Palabra nos guíe siempre en nuestra jornada espiritual. Amén.

Para reflexionar:

*¿De qué manera reflejas que estás confiando plenamente en la dirección de Dios en su Palabra para guiarte en tu vida espiritual?

*¿Estás dispuesto a reflexionar sobre la enseñanza de la predestinación y aceptar que, aunque es un misterio, Dios te llama a confiar en su soberanía y su plan perfecto para tu vida?

Diaconisa Noemí Guerra

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