Navegando la vida con responsabilidad y gratitud – Cristo para Todas las Naciones

No robarás (Éxodo 20:15).

Para mí, la vida es más bonita en el mar. Imagina conmigo un vasto océano con innumerables tesoros sumergidos en sus profundidades, cada uno representando los dones terrenales que Dios nos brinda, como la abundancia, las posesiones y la vida misma.

Los Diez Mandamientos son como un mapa que nos guía en la exploración de este océano de bendiciones. Sin embargo, a lo largo del tiempo algunos han desviado sus rumbos, saqueando los barcos de las vidas de los demás, siendo negligentes con la conservación de los recursos y olvidando las normas que regulan la convivencia en la alta mar de nuestras vidas terrenales.

Ante esta situación, Dios decide enviar a su propio Hijo como Redentor. En la cruz el Hijo derrama su sangre, creando el nuevo pacto que ofrece gracia y reconciliación. Este nuevo pacto no cancela las normas de los mandamientos, sino que destaca la importancia de seguirlas para mantener la armonía y la comunión en esta vasta travesía.

El séptimo mandamiento: «No robarás», nos recuerda no tomar lo ajeno y ayudar a preservar y mejorar los tesoros de los demás. Nuestra respuesta al regalo de gracia en la cruz implica comprometernos a seguir las normas de vida de Dios, agradecidos por los tesoros recibidos de su mano y decididos a cuidar y compartir lo que se nos ha confiado.

En otras palabras, “debemos temer y amar a Dios de modo que no quitemos el dinero o los bienes de nuestro prójimo, ni nos apoderamos  de ellos con mercaderías o negocios falsos, sino que le ayudemos a mejorar y conservar sus bienes y medios de vida”.

Vivir según el mandamiento «No robarás» implica temer y amar a Dios, ayudando a mejorar y conservar los bienes y medios de vida de nuestro prójimo, construyendo así una comunidad de respeto, gratitud y solidaridad en el hermoso océano de la vida.

Oremos: Padre nuestro, perdónanos por nuestras desviaciones y ayúdanos a vivir agradecidos por tus dones, comprometidos a cuidar y compartir lo que nos has confiado. Amén.

Para reflexionar:

*¿Cómo se refleja en tu vida diaria el regalo de gracia que Cristo te proporcionó al derramar su sangre en la cruz, estableciendo un nuevo pacto de reconciliación?

*En tu jornada por este «océano de vida», ¿cómo aplicas los principios del mandamiento «No robarás»?

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