Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé… fueron al sepulcro… Cuando entraron en el sepulcro, vieron que en el lado derecho estaba sentado un joven, vestido con una túnica blanca. Ellas se asustaron, pero el joven les dijo: “No se asusten. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. No está aquí. Ha resucitado. Miren el lugar donde lo pusieron. Ellas se espantaron, y temblando de miedo salieron corriendo del sepulcro. Y era tanto el miedo que tenían, que no le dijeron nada a nadie.