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Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello (Filipenses 4:8)
Cada mañana limpio mis lentes o anteojos para que queden listos para ayudarme a ver claramente. Si no lo hago, no me doy cuenta de lo empañados que están. El resultado es un dolor de cabeza al final del día por el esfuerzo de mis ojos a través de la suciedad del lente. Así pasa con nuestra mente y los pensamientos negativos.
En el podcast de Cristo Para Todas Las Naciones, Sentido Latino, reflexionamos hoy sobre este tema.
Nuestra mente es como los lentes de la vida. Cuando está limpia, podemos ver el mundo con claridad y precisión. Pero, cuando está sucia o empañada por pensamientos negativos, nuestra visión del mundo se distorsiona y nos resulta difícil ver la verdad y la belleza que nos rodea.
En la lectura de hoy, Pablo estaba escribiendo a una comunidad cristiana que enfrentaba desafíos y dificultades. Pablo mismo estaba en prisión, pero en lugar de centrarse en sus propias circunstancias adversas, animaba a los creyentes a mantener sus mentes enfocadas en las virtudes cristianas. Pablo sabía que lo que ocupa nuestros pensamientos influye nuestras emociones y acciones.
A lo largo de su vida, Jesús siempre se enfocó en lo bueno. Incluso en la Cruz, cuando enfrentaba el dolor y el sufrimiento, Jesús pidió perdón para aquellos que lo crucificaron.
Pero sabemos que no es fácil mantener pensamientos positivos y edificantes siempre. En momentos de dificultad, es natural que nuestra mente se llene de preocupaciones y negatividad. Es como si una capa de suciedad se acumulara en nuestros lentes, distorsionando nuestra visión y haciéndonos perder de vista la verdad y la bondad de Dios.
La buena noticia es que cuando fallamos en mantener limpios nuestros pensamientos y el resultado es un gran dolor de cabeza en todos los sentidos, Jesús nos perdona y nos ayuda a empezar de nuevo.
Oremos: Padre nuestro, gracias por enviar a tu Hijo, Jesús, quien nos limpia de todo pecado y nos da claridad para ver tu verdad. Ayúdanos a mantener nuestros pensamientos en lo que es edificante, y perdónanos cuando fallamos. Amén.
Para reflexionar:
*¿Están tus pensamientos alineados con lo que edifica?
*¿Estás permitiendo que la negatividad te robe la paz y la alegría que Dios quiere para ti?