La soledad y el abandono – Cristo para Todas las Naciones

Allí estaba una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias… Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó el manto. Y es que decía: «Si alcanzo a tocar aunque sea su manto, me sanaré.» Y tan pronto como tocó el manto de Jesús, su hemorragia se detuvo, por lo que sintió en su cuerpo que había quedado sana de esa enfermedad (Marcos 5:25,27-29).

Hace varios años, el mundo entero sufrió la llegada del COVID-19. Aún recuerdo cuando en las noticias se anunció el inicio de la pandemia y con ella inició también una era de temor, angustia, impotencia y soledad. Temor a la muerte, que fue más real que nunca para todos nosotros. Angustia por no saber cuándo iba a terminar. Impotencia al darnos cuenta de que no podíamos hacer nada para salvar a nuestros seres queridos que habían sido infectados por la enfermedad. Y soledad al tener que separarnos de nuestra familia y aislarnos en nuestro hogar.

Sin duda alguna fue una temporada muy difícil llena de distintos tipos de emociones. Esas emociones fueron las mismas que acompañaron por doce años a la mujer que sufría de hemorragias. La impotencia, el temor, la angustia y la soledad se habían convertido en sus compañeros de vida. Pero un día su vida cambió por completo: se enteró de la llegada de Jesús. Así que, desesperada por su enfermedad, se acercó a él, tocó su manto y al instante quedó sanada. Dándose cuenta de lo sucedido, Jesús volteó para buscarla. Cuando la encontró no la trató con desprecio, ni se enojó por haberlo tocado, sino que le mostró el amor que hacía mucho tiempo no recibía.

A veces las dificultades de la vida nos hacen pensar que estamos solos y abandonados, pero no es así. Dios siempre ha estado y está a nuestro lado, listo para ayudarnos. No importa cuán difícil sea nuestra situación, Jesús nunca nos abandona.

Señor Jesús, gracias por no abandonarme en ningún momento, especialmente en los momentos más oscuros. Amén.

Para reflexionar:

¿Cómo superas la soledad y la angustia?

¿A quién puedes acompañar que esté sufriendo de alguna enfermedad o de soledad?

Cristian Morales

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