Los discípulos fueron e hicieron como les había mandado Jesús. Llevaron la burra y el burrito, y pusieron encima sus mantos, sobre los cuales se sentó Jesús. Había mucha gente que tendía sus mantos sobre el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino. Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba: —¡Hosanna al Hijo de David! —¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! —¡Hosanna en las alturas! (Mateo 21:6-11).
¡Cómo me gusta el Domingo de Ramos! Aún recuerdo cuando en la iglesia se reunían familias enteras desde temprano para participar en la procesión rumbo al altar. Me encantaba ver cómo todos, desde los más pequeños hasta los más grandes, íbamos ondeando las hojas de palma como si fuera una bandera y cantábamos: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
A lo largo de los años muchas iglesias han recordado este día con una procesión, en conmemoración de aquel día cuando Jesús entró en Jerusalén montado en un burrito. Las personas de aquél entonces, cuando vieron a Jesús, también ondearon palmas y gritaron a gran voz ¡Hosanna!, que quiere decir: “Señor te rogamos que nos salves.” Jerusalén era un pueblo sufriente y a través de la palabra Hosanna clamaban a gran voz por ayuda.
Jesús subió a Jerusalén, entró a la ciudad montado en un burrito, caminó hacia la cruz y entregó su vida voluntariamente. Lo hizo para derrotar de una vez y para siempre al enemigo más temido de todos, la muerte y dar la salvación a toda la humanidad.
Hoy en día Jesús ya no monta un burrito queriendo entrar en Jerusalén. ¡No! Él desea entrar en tu corazón para así poder traerte paz, amor y la seguridad de una vida eterna junto a Él.
Amado Padre celestial, gracias por enviar a tu Hijo Jesucristo a morir en la cruz para rescatarme de mi pecado, gracias a Él hoy tengo la seguridad de una vida eterna a tu lado. Amén.
Para reflexionar
- Reflexiona en el sacrificio que Jesús hizo por ti en la cruz
- ¿Qué significa para ti haber sido rescatado por Jesús?
Abigail Ramírez