Porque toda casa es hecha por alguien, pero el que hizo todas las cosas es Dios. Como siervo, Moisés fue fiel en toda la casa de Dios, para dar testimonio de lo que se iba a decir. Cristo, en cambio, como hijo es fiel sobre su casa, que somos nosotros, si mantenemos la confianza firme hasta el fin y nos gloriamos en la esperanza (Hebreos 3:4-6).
Me gusta viajar y disfrutar de los hermosos paisajes. La naturaleza es algo que me llena y me hace contemplar lo maravilloso que es Dios y a la vez me hace ver lo pequeña que soy ante semejante creación. Esto a su vez me hace tomar conciencia de lo que Dios puso a nuestro cuidado, su creación. La tierra y nuestro cuerpo son nuestro hogar temporal y es nuestro deber cuidarlos. Desgraciadamente, hemos fallado gravemente en hacer esto.
En Génesis 3 vemos la desobediencia del hombre por primera vez. ¿Dónde están? ¿Por qué se esconden? ¡Cuánta vergüenza, temor y horror han de haber experimentado Adán y Eva en ese momento! Ellos habían desobedecido a Dios y dañado el hogar que Él les había dado. Pero más desgarrador aún, habían quebrantado la relación con Dios mismo. Ahora la muerte y el pecado
habían tomado el control. Pero Dios ahí mismo les extendió su misericordia y les dio la promesa de un Salvador.
Siglos más tarde nacería Cristo, el Salvador y Señor de un nuevo hogar al cual somos llevados a habitar por medio de la fe. Por ahora somos esta iglesia imperfecta la cual Jesús ama, cuida y sustenta a través de su Palabra y medios de gracia, para en aquel día, al final de los tiempos, él mismo presentarnos limpios y sin mancha delante del Padre. Por eso nos gloriamos en esta, nuestra esperanza: que Cristo es fiel sobre su casa y un día nos llevará a vivir con él en la eternidad.
Padre amado, gracias por prepararnos un hogar junto a ti. Ayúdanos a permanecer firmes en la fe hasta el final. Amén.
Para reflexionar
- ¿De qué manera puedes cuidar hoy la creación de Dios?
- ¿Cómo se refleja en tu vida el saber que Jesús esta al cuidado de su iglesia?
Deac. Rosy Martínez