Todos perderemos el rumbo, como ovejas, y cada uno tomará su propio camino; pero el Señor descargará sobre él todo el peso de nuestros pecados. Se verá angustiado y afligido, pero jamás emitirá una queja será llevado al matadero, como un cordero; y como oveja delante de sus trasquiladores se callará y no abrirá su boca.