Entonces el Señor dijo: «¿Acaso voy a ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer? ¡Si Abrahán va a ser una nación grande y fuerte, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra!… Y se acercó Abrahán y le dijo: «¿Acaso vas a destruir al justo con el injusto? Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Acaso destruirás ese lugar, y no lo perdonarás por los cincuenta justos que estén allí adentro? ¡Lejos sea de ti hacer morir al justo con el impío, y tratar al justo como al impío! ¡Jamás hagas tal cosa! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no debe hacer lo que es justo?» El Señor respondió: «Si dentro de la ciudad de Sodoma encuentro a cincuenta justos, por ellos perdonaré a todos los que estén allí.» Abrahán replicó y dijo: «Aquí estoy ahora, atreviéndome a hablar con mi Señor, aunque sólo soy polvo y ceniza. Pero tal vez falten cinco justos para completar los cincuenta; ¿por faltar esos cinco destruirás toda la ciudad?» Y el Señor dijo: «No la destruiré, si encuentro sólo cuarenta y cinco.» Abrahán volvió a hablarle, y dijo: «Tal vez sólo se hallen cuarenta…» Y el Señor respondió: «Aun por esos cuarenta no lo haré.» Abrahán insistió: «Espero que mi Señor no se enoje, si sigo hablando; pero tal vez sólo se encuentren treinta…» Y el Señor respondió: «Aun si encuentro treinta, no lo haré.» Abrahán dijo: «Aquí estoy ahora, atreviéndome a hablar con mi Señor; tal vez sólo se encuentren veinte…» Y el Señor contestó: «Aun por esos veinte, no la destruiré.» Pero Abrahán volvió a decir: «Espero que mi Señor no se enoje si hablo una vez más; pero tal vez se encuentren sólo diez…» Y el Señor respondió: «Aun por esos diez, no la destruiré.»