Sí, así ha dicho Dios el Señor: «Yo mismo voy a ir en busca de mis ovejas, y yo mismo las cuidaré… Las apacentará en los mejores pastos, y pondré su aprisco en los altos montes de Israel; allí dormirán en un buen redil, y serán apacentadas en los pastos suculentos de los montes de Israel.