Empezó en Getsemaní – Cristo para Todas las Naciones

Cuando llegó a ese lugar, Jesús les dijo: «Oren para que no caigan en tentación.» Luego, se apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra, y allí se arrodilló y oró. Y decía: «Padre, si quieres, haz que pase de mí esta copa; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» … Lleno de angustia, oraba con más intensidad. Y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. Cuando Jesús se levantó después de orar, fue a donde estaban sus discípulos, y a causa de la tristeza los halló durmiendo (Lucas 22:40-42, 44-45).

 Desde su nacimiento, el destino de Jesús apuntaba hacia este jardín. Mientras en agonía oraba en Getsemaní con gotas de sudor como “de sangre que caían a la tierra”, Jesús se sometía a la voluntad divina de su Padre, que también era su voluntad como Hijo eterno de ir a la cruz.

Nunca debemos subestimar los desafíos emocionales y espirituales que Jesús enfrentó al ser rechazado, abandonado y crucificado. La batalla por nuestras almas tomó lugar tanto en Getsemaní como en la cruz. La naturaleza humana de Jesús, aunque sin pecado, experimentó toda la gama de debilidades y sufrimientos humanos, incluida la realidad de la tentación. Su oración en Getsemaní refleja el peso de su inminente sufrimiento y la aversión humana natural al dolor. Sin embargo, como el Dios-Hombre, se somete perfectamente en obediencia a la voluntad del Padre, demostrando la unidad de sus naturalezas divina y humana en la realización de la obra de salvación. Y de allí seguiría su camino hacia la humillación de la cruz. Jesús se ofreció al Padre y a nosotros estando consciente de las espantosas consecuencias que le esperaban. Getsemaní marcó sus últimos y más angustiosos momentos de deliberación. Pero en vez huir, Jesús eligió seguir adelante por amor a nosotros.

Oremos: Padre precioso, gracias por el regalo de tu Hijo quien, aun sabiendo el sufrimiento y abandono que le esperaba, fue a la cruz por cada uno de nosotros. Jesús, gracias por tanto amor hacia un pueblo rebelde. Te bendecimos y alabamos por tu amor obediente e incondicional. Amén.

Para reflexionar:

*¿Cómo te impacta que Jesús pidiera un posible escape del dolor?

*¿Qué aprendes de Cristo para cuando tienes que tomar decisiones que te traen angustias profundas?

Escrito por la Diaconisa Perla Rodriguez

Write a comment:

*

Your email address will not be published.

© 2008 - 2022 Cristo para Todas las Naciones Guatemala