El Hijo de la promesa – Cristo para Todas las Naciones

En Jerusalén vivía un hombre justo y piadoso, llamado Simeón… Simeón fue al templo, guiado por el Espíritu. Y cuando los padres del niño Jesús lo llevaron al templo … él tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios … También estaba allí Ana. En ese mismo instante Ana se presentó, y dio gracias a Dios y habló del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. (Lucas 2: 25a, 27a, 28a, 36a, 38)

Simeón y Ana habían estado esperando durante muchos años la venida del Salvador. Sabían lo que Dios había prometido en su Palabra. Sabían que, aunque llevaban una vida humilde en un país conquistado, Dios no los había olvidado. Dios cumpliría su promesa, sin importar cuán imposible pareciera. Y así continuaron esperando.

Ese día Simeón vio a Jesús y lo tomó en sus brazos. Ana vino lo más rápido que pudo para compartir la alegría. Dios finalmente estaba allí, nació entre su pueblo, y nuestro rescate estaba en marcha.

Lo más probable es que Simeón y Ana murieran antes de ver la obra de Jesús terminada. No estaban allí para verlo clavado en una cruz, para escucharlo gritar: “¡Consumado es!” No estaban allí para ver la tumba vacía el domingo ni para escuchar que los llamaba por sus nombres, de repente, increíblemente, vivo de nuevo, lleno de gozo, vida y amor.

Pero Simeón y Ana no necesitaban estar allí pues tenían las promesas verdaderas de Dios. Nosotros también tenemos esas promesas, y por eso sabemos que porque Jesús dio su vida por nosotros, nuestros pecados son perdonados y él nos hace hijos de Dios. Sabemos que nos resucitará de entre los muertos, así como él resucitó y vivirá para siempre. Sabemos que Dios hará esto por todos los que confían en Jesús, porque “todo el que invoque el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13).

Padre, gracias por enviar a tu Hijo de acuerdo con tus buenas promesas. Amén.

Para reflexionar
¿Conoces a alguien que siempre cumple sus promesas?
De todas las promesas de Dios ¿cuál es tu favorita?
¿En qué momento has encontrado esperanza en las promesas de Dios?

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