¿Creen ustedes que he venido a la tierra para traer paz? Pues les digo que no, sino más bien división. El sufrimiento y la muerte de Cristo traen división. Lucas 12:51
Cuando me mudé a los Estados Unidos a la edad de 18 años, entré a la Universidad. Hice varios amigos nacidos acá pero de padres mexicanos y de otras nacionalidades. A ellos les parecía muy gracioso mi acento panameño (en español) y me decían que yo hablaba “cantando”. Me sentía diferente a todos. No podía identificarme ni siquiera con los latinos acá porque hablaba diferente.
Entonces entendí lo que Jesús quiso decir en el versículo que leímos hoy. Vamos a ser siempre diferentes al mundo, vamos a estar siempre divididos. Quizá no por nuestra forma de hablar, sino porque el Señor Jesús causa temor, temblor y división porque su Palabra es “como el fuego; ¡es como un mazo que parte las piedras” (Jeremías 23:29). Su Ley nos mata, pero su Evangelio nos da vida.
Jesús sufrió un bautismo angustioso, su muerte, para abrirnos paso en nuestro Bautismo hacia su cruz y resurrección. Entonces, si podemos “discernir el aspecto del cielo y de la tierra” (Lc 12:56), marquemos la señal de su cruz, reconociendo que este mundo está sujeto a muerte, pero que Jesús venció la muerte y nos da vida eterna.
Entonces no nos preocupemos si nuestro “acento” es diferente, si nuestros puntos de vista son diferentes, si sentimos división. Fijemos nuestra mirada en “Jesús, el autor y consumador de la fe”, y “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Heb. 12:1-2).
Qué bueno que seamos diferentes y estemos divididos, porque hoy en día unos “llaman bueno a lo malo, y malo a lo bueno … convierten la luz en tinieblas, y las tinieblas en luz… ¡convierten lo amargo en dulce, y lo dulce en amargo!” (Isaías 5:20).
ORACIÓN: Padre, cuando las relaciones de este mundo me hagan quitarte de mi prioridad, dame tus fuerzas y tráeme de regreso a tu Reino. Amén.
Para reflexionar:
¿Cuándo caíste en confusión y llamaste bueno a algo malo o malo a algo bueno?
Nombra a una persona en tu vida quien te anima a ser diferente.
Diaconisa Noemí Guerra