Dios corre hacia ti – Cristo para Todas las Naciones

Finalmente, recapacitó y dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen pan en abundancia, y yo aquí me estoy muriendo de hambre! Pero voy a levantarme, e iré con mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y no soy digno ya de ser llamado tu hijo; ¡hazme como a uno de tus jornaleros!’” Y así, se levantó y regresó con su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y tuvo compasión de él. Corrió entonces, se echó sobre su cuello, y lo besó (Lucas 15:17-20).

¿Conoces a alguien que busca la ayuda de Dios en oración como último recurso o como acto de desesperación? Yo creo que a todos nos ha pasado en algún momento. Enfrentamos una situación difícil o muy emocionante o una en la que tenemos que tomar una decisión importante y hacemos todo antes de orar. Yo creo que hacemos eso porque no nos sentimos dignos de hablar con Dios como nuestro Padre. ¡Y es cierto, no somos dignos! Pero Cristo es digno y nos hace dignos en Él.

Cuando decimos “Padre nuestro”, “esto significa que Dios quiere atraernos para que creamos que él es nuestro verdadero Padre y nosotros sus verdaderos hijos, a fin de que le pidamos con valor y plena confianza, como hijos amados a su amoroso padre”.

Cuando el hijo pródigo regresa, su padre no solo lo perdona, ¡sino que corre hacia él, lo abraza y lo besa! Así de inmenso es el amor de Dios por nosotros. Dios mismo corre hacia nosotros cuando nos escucha orar.

Entonces, la próxima vez que te sientas lejos de Dios o atrapado en tus errores, no temas acercarte a Él con humildad y arrepentimiento, porque Él te espera con amor incondicional, perdón y ayuda. Y cuando te resulte difícil, recuerda que Jesús está ahí para capacitarte y fortalecerte.

Oremos: Padre nuestro, gracias por correr hacia nosotros con amor, perdón y ayuda. En Cristo, nos has hecho dignos de acercarnos a ti con confianza y valor. Ayúdanos a recordar siempre tu amor incondicional y a seguir el ejemplo de Jesús en nuestras vidas. Amén.

Para reflexionar:

*¿Cómo respondes cuando Dios corre hacia ti con amor y perdón, como el padre del hijo pródigo?

*¿De qué formas puedes reflejar el amor de Dios al tú correr hacia otros con compasión y perdón en sus momentos de dificultad?

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