Como para el Señor – Cristo para Todas las Naciones

Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor (Colosenses 3:23-24).

La escritora de esta devoción nos dice: cuando estaba embarazada de nuestro primer hijo, mi cuñada, quien era una adolescente, me hizo un delicioso pastel que se me antojaba. Cuando me lo sirvió me dijo con una gran sonrisa pícara: no es para ti, es para mi sobrino. Las dos nos reímos y yo me devoré el pastel.

Cada vez que leo este pasaje, recuerdo ese día. Porque cada vez que servimos a nuestro prójimo en realidad estamos sirviendo a nuestro Señor, quien vive en él.

Pablo nos da instrucciones sobre cómo debemos comportarnos los creyentes en diferentes roles y situaciones de la vida. El pasaje de hoy se centra en cómo los creyentes debemos abordar nuestro trabajo. En el podcast de Cristo Para Todas Las Naciones, Sentido Latino reflexionamos hoy sobre este tema.

Y es que debemos trabajar con dedicación y honestidad, realizando nuestras tareas con un corazón sincero y recordando que, en última instancia, estamos sirviendo a Dios y no solo a nuestro prójimo. Nuestras acciones no pasan desapercibidas ante los ojos de Dios. Él ve nuestros esfuerzos y promete recompensarnos a su debido tiempo.

Jesús es nuestro ejemplo perfecto de servir a Dios de corazón en todo. Durante su tiempo en la tierra mostró compasión, amor y servicio desinteresado. A través de su vida, muerte y resurrección, Jesús nos dio el poder para seguir sus pasos. Y cuando fallamos o nos sentimos agotados, él nos perdona y nos restaura para continuar avanzando.

Nuestro trabajo cotidiano es una oportunidad para glorificar a Dios. Siguiendo el ejemplo de Jesús, y siendo fortalecidos por Él a través de los sacramentos, podemos cumplir este llamado. ¡Incluyendo hacerle un delicioso pastel a tu cuñada embarazada!

Oremos: Padre nuestro, ayúdanos a servirte con todo nuestro corazón en nuestras labores diarias, siguiendo el ejemplo de Cristo en amor y compasión. Danos la fuerza para trabajar con sinceridad sabiendo que nuestra recompensa viene de ti, y así glorificarte en todo lo que hacemos. Amén.

Para reflexionar:

*¿Cómo te anima este pasaje en tu trabajo cotidiano?

*¿De qué maneras puedes reflejar el amor y la compasión de Jesús en las tareas que realizas en tu hogar, en tu trabajo, en la escuela y en la comunidad?

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