Yo los recogeré de todas las naciones y países, y los traeré de vuelta a su tierra. Esparciré agua limpia sobre ustedes, y ustedes quedarán limpios de todas sus impurezas, pues los limpiaré de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo, y pondré en ustedes un espíritu nuevo; les quitaré el corazón de piedra que ahora tienen, y les daré un corazón sensible. Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis estatutos, y que obedezcan y pongan en práctica mis preceptos. Y ustedes habitarán en la tierra que les di a sus padres, y serán mi pueblo, y yo seré su Dios (Ezequiel 36:24-28).
Mientras más tejido conectivo tiene el corte de bistec, más dura la carne y más difícil de masticarla. Pero los buenos cocineros saben que pueden ablandarla golpeándola con un mazo o marinándola en su jugo natural con algún adobo.
El profeta Ezequiel describe la obra del Señor a favor de su pueblo como un ablandamiento. En el día de la salvación, Dios va a enviar su Espíritu a suavizar el corazón de su pueblo y limpiarlo de toda impureza. A los corazones duros, cerrados a la palabra del Señor, los transformará en corazones blandos, sensibles a escuchar su palabra y vivir de acuerdo a la misma.
De manera similar a un buen cocinero, el Espíritu a veces tiene que golpear el corazón duro con el mazo de la palabra para hacerlo más sensible a su necesidad del perdón de Dios, permitiendo que ésta penetre sus tejidos y los sazone con su rica enseñanza. El Espíritu es el agua de vida y el fuego del cielo que lentamente, a través de nuestra vida, ablanda nuestro corazón para que seamos receptivos a la guía de la palabra y practicantes de la misma.
¡Ven Espíritu Santo! Danos corazones de carne, sensibles a la palabra de Dios. Ayúdanos a recibir a Jesús en la palabra por la fe, y a ser sus discípulos obedeciendo y practicando sus enseñanzas. Amén.
Para reflexionar:
*¿Qué situaciones hacen que tu corazón se endurezca en tu relación con Dios u otras personas?
*¿En qué áreas de tu vida necesitas que el Espíritu Santo ablande tu corazón?
Prof. Leopoldo Sánchez