Buen provecho – Cristo para Todas las Naciones

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. En él, Dios nos escogió antes de la fundación del mundo, para que en su presencia seamos santos e intachables. Por amor nos predestinó para que por medio de Jesucristo fuéramos adoptados como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia, la cual desbordó sobre nosotros en toda sabiduría y entendimiento, y nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, para que cuando llegara el tiempo señalado reuniera todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo participamos de la herencia, pues fuimos predestinados conforme a los planes del que todo lo hace según el designio de su voluntad, a fin de que nosotros, los primeros en esperar en Cristo, alabemos su gloria. También ustedes, luego de haber oído la palabra de verdad, que es el evangelio que los lleva a la salvación, y luego de haber creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Efesios 1: 3-13

Este es uno de esos pasajes que Pablo presenta a sus lectores como si fuera un delicioso estofado de carne. Está lleno de zanahorias, patatas, cebollas, guisantes, apio y, hasta champiñones fritos. Pablo se sirve un poco en el plato, se le hace agua la boca y se pregunta por qué no come estofado con más frecuencia.

Pablo comparte todos los ingredientes del maravilloso plan de salvación de Dios para la humanidad con unas cuantas palabras. Incluye la gloria de la gracia de Dios el Padre, nuestra adopción como hijos por medio de Jesucristo y el Espíritu Santo prometido, que es la garantía de nuestra herencia. Aquí vemos a la Trinidad en acción, alimentando nuestra fe y alimentando nuestras vidas para que venga el Reino. Y todo esto, Dios lo «desbordó sobre nosotros en toda sabiduría y entendimiento, y nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito en Cristo».

Pablo obedece al mostrarnos a Dios obrando en nuestras vidas. Si una persona memorizara este pasaje por sí solo, satisfaría su paladar espiritual y, al mismo tiempo, produciría nuevos sabores de verdad para el creyente. Aquí el apóstol sirve al lector un banquete de verdades divinamente inspiradas y guiadas por el Espíritu, no sólo para la iglesia de Éfeso, o para la comunión de los creyentes en Asia Menor, sino para todo el mundo, incluidos tú y yo.

¡Buen provecho!

ORACIÓN: Padre Celestial, tu Palabra nutre a tus hijos como nada más los puede nutrir. Danos el hambre de probar su generosidad todos los días. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

Preguntas de reflexión:
¿Cuántas ideas teológicas encuentras en el pasaje anterior? Escribirlas sería útil.
¿Puedes escoger un versículo de la Biblia y memorizarlo esta semana?

Paul Schreiber

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