Árbol de vida – Cristo para Todas las Naciones

Jesús dijo también: «El reino de Dios es como cuando un hombre arroja semilla sobre la tierra: ya sea que él duerma o esté despierto, de día y de noche la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo. Y es que la tierra da fruto por sí misma: primero sale una hierba, luego la espiga, y después el grano se llena en la espiga» (Marcos 4:26-28).

Las parábolas de nuestro Señor, como la que leímos hoy, nos invitan a sumergirnos en los misterios del reino de Dios. Pero ¿sabes a quiénes las dirige? A aquellos que están dispuestos a escuchar, a aquellos que se convierten en sus discípulos. Como sus discípulos, somos enseñados a temer, amar y confiar en Él por fe.

Jesús compara el reino de Dios con un hombre que siembra semillas en la tierra. La semilla brota y crece, incluso cuando el hombre duerme. Así es como funciona el reino de Dios en nuestras vidas. Es un crecimiento constante, incluso cuando no entendemos cómo sucede.

Jesús es crucificado, y su cruz se convierte en el Árbol de la Vida. Esto significa que él es la fuente de vida espiritual y la clave para estar en paz con Dios. Bajo su sombra encontramos descanso, incluso en medio de nuestras luchas y aflicciones.

Y aunque gemimos en nuestros cuerpos mortales, nuestra fe nos recuerda que vivimos para Dios en Cristo, quien murió y resucitó por nosotros. En su resurrección, tenemos la promesa de una morada eterna en los cielos, una casa preparada por Dios mismo.

Oremos: Padre nuestro, gracias por la cruz de Cristo, que es el árbol de la vida que da abundante fruto según su propia especie. Que podamos encontrar siempre consuelo y esperanza en su sacrificio. Que la semilla de tu Palabra crezca y dé fruto en nuestras vidas. Y que podamos vivir cada día con la certeza de nuestra eterna morada en los cielos. Amén.

Para reflexionar:

*Jesús compara el reino de Dios con un hombre que siembra semillas en la tierra, y cómo estas semillas crecen incluso cuando el hombre duerme. ¿Qué significa para ti este crecimiento constante en tu propia vida espiritual?

*La imagen de Jesús como el Árbol de la Vida nos recuerda la importancia de permitir que la semilla de su Palabra crezca y dé fruto en nuestras vidas. ¿Qué pasos puedes tomar para cultivar esta semilla en tu propia vida espiritual y en tu comunidad?

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