Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: ‘¡Demonio tiene!’ Y vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ‘¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!’. Pero la sabiduría es justificada por sus hechos” (Mateo 11:18-19 RVA-2015)
Hoy celebramos el Día de la Reforma y recordamos que el Hijo de Dios nos ha liberado del pecado y de la muerte por su gracia. Y no podemos evitar ver cómo los mismos problemas de marginación y exclusión que enfrentaba Jesús todavía están presentes en nuestro mundo hoy. Todavía vemos a personas desplazadas, olvidadas y despreciadas por la sociedad.
Jesús fue criticado por asociarse con los «marginados» de su época: los publicanos, los pecadores, los excluidos. Los marginados de hoy pueden ser los que no tienen hogar, los inmigrantes, los que luchan con su salud mental, los adictos, la comunidad LGBTQ+, las personas que han pasado por un aborto, los que luchan con la pobreza o la discriminación. Son aquellos a quienes la sociedad a menudo ignora o desprecia. Estas son las personas que más necesitan el amor y la gracia de Jesús.
«La sabiduría es justificada por sus hechos», y la verdadera Sabiduría de Dios, Cristo Jesús, el Hijo encarnado, nos ha justificado por sus obras. El Hijo de Dios nos ha liberado del pecado y de la muerte por su gracia. Y ahora, como hijos suyos, estamos llamados a seguir su ejemplo. Él nos llama a abrir nuestros corazones y nuestras comunidades de fe a aquellos que son rechazados y dejados de lado.
Entonces, mientras celebramos la Reforma y recordamos la valentía de quienes lucharon por la verdad del Evangelio, también nos comprometemos a llevar esa verdad a los marginados de nuestro tiempo. Nos comprometemos a ser instrumentos de la gracia de Dios en un mundo que tanto lo necesita.
Oremos: Padre nuestro, que, en nuestras palabras y acciones, podamos reflejar el amor y la compasión de Cristo hacia los marginados de hoy. Que podamos ser sus manos y sus pies en un mundo herido, llevando esperanza y restauración donde hay desesperación y sufrimiento. Amén.
Para reflexionar:
*¿Cómo puedes seguir el ejemplo de Jesús siendo amigo de aquellos que son marginados y olvidados por la sociedad hoy en día?
*¿Qué acciones concretas puedes tomar hoy para abrir tu corazón y tu comunidad de fe a las personas que enfrentan la marginación y la exclusión en tu entorno?