Un niño pequeño se lastima, corre a su madre y le ruega: “Mami, bésala y me sentiré mejor”.
Ella besa la parte herida y el niño se va reconfortado y seguro de que ya todo está bien.
Así como el dulce beso de una madre surte efecto en los niños, los adultos a veces anhelamos algo que termine con nuestro dolor y nos libre de los sufrimientos de la vida. Puede que usted espere que este folleto le dé una respuesta simple y mágica a las desdichas y tribulaciones de su vida. Lamentablemente no podemos aplicar ese “beso de madre” a sus heridas, pero lo que sí podemos y queremos brindarle es nuestra comprensión y aliento.
Todos los que hemos contribuido en la elaboración de este folleto sabemos qué es el dolor. Nos identificamos con usted y sentimos como nuestras sus necesidades. Y, aunque no podemos alejar de usted el sufrimiento, ni podemos librarle de las desagracias de la vida, sí podemos reflexionar con usted sobre el significado del dolor. El sufrimiento sin sentido es Insoportable; pero cuando describimos una finalidad en el dolor, podemos soportarlo con valor.
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