Después de esto vi aparecer una gran multitud compuesta de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Era imposible saber su número. Estaban de pie ante el trono, en presencia del Cordero, y vestían ropas blancas; en sus manos llevaban ramas de palma, y a grandes voces gritaban: «La salvación proviene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.» Todos los ángeles estaban de pie, alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y delante del trono inclinaron el rostro y adoraron a Dios. Decían: «¡Amén! A nuestro Dios sean dadas la bendición y la gloria, la sabiduría y la acción de gracias, y la honra, el poder y la fortaleza, por los siglos de los siglos. ¡Amén!» Entonces uno de los ancianos me dijo: «Y estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son? ¿De dónde vienen? …el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los llevará a fuentes de agua de vida, y Dios mismo secará de sus ojos toda lágrima.» (Apocalipsis 7:9-13, 17)
Cuando estábamos analizando este pasaje de la Biblia con una amiga, ella dijo: «Me parece un servicio de adoración muy aburrido.» Al mirar nuevamente el texto, entendí por qué dijo eso. Yo no estaba de acuerdo; a mí me parece más una escena de la gran obra de Dios, un: «Y vivieron felices para siempre», cuando todos los actores se reúnen en el escenario para hacer sus reverencias. Pero también puedo ver por qué a otros les puede parecer aburrido.
Ya he escuchado antes este tipo de cosas sobre otros fragmentos del Apocalipsis. Lo que a mí no me dice mucho es la descripción de la Jerusalén celestial, construida con oro, gemas, y perlas. Mi mente se imagina el resplandor que saldría de tal construcción. ¡Y la mezcla de colores! Demasiado para mis ojos. Pero otros me han dicho que realmente les habla como una imagen de la gloria y la belleza del reino de Dios.
Y luego, por supuesto, están todos los pasajes realmente extraños: las bestias con varias cabezas y múltiples cuernos, las criaturas vivientes con cuatro caras. A mi hijo le gustan estos, especialmente en la versión ilustrada de la Biblia. Es probable que tú también tengas partes del Apocalipsis que realmente te hablan, y otras que simplemente no son tus favoritas, al menos ahora. El Espíritu Santo usa la Palabra de Dios, ¡incluso los fragmentos extraños! para bendecir a cada uno de nosotros de manera diferente en momentos diferentes.
Pero no importa cómo reaccionemos ante el Apocalipsis, hay algo en lo que todos podemos estar de acuerdo: su enfoque en Jesucristo, nuestro Salvador. El Apocalipsis nos promete: «Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los llevará a fuentes de agua de vida, y Dios mismo secará de sus ojos toda lágrima». Esto es lo que necesitamos, todos nosotros, todos los que conocemos a Jesús como nuestro Salvador. Confiamos en el que sufrió por nosotros, que entregó su vida en la cruz, y que se levantó de la tumba tres días después. Él es el a quien esperamos ver cara a cara; él es nuestro pastor en la vida y la muerte. Podemos confiar en que él nos traerá a sí mismo. Ese es el mensaje del Apocalipsis, y todos podemos regocijarnos en él.
ORACIÓN: Querido Padre, mantennos cerca de tu Hijo Jesús como su pueblo. Amén.
Dra. Kari Vo
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