No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos (Gálatas 6:9).
Nuestra fe no es solo creer en algo, sino que se manifiesta en nuestras acciones diarias. Sin embargo, la persistencia en hacer el bien no es para ganarnos el favor de Dios, sino más bien para responder con gratitud a lo que él ya ha hecho por nosotros.
Y esto ocurre cuando nos sumergimos en la gracia de Dios. Algo cambia dentro de nosotros. Ya no vivimos solo para nosotros mismos, sino que nos convertimos en agentes de amor y servicio a los demás. Y eso, para mí, es lo más hermoso de todo este camino de fe.
Como familia de Dios nos ayudamos mutuamente, cargamos los problemas de los demás, apoyamos a nuestros líderes espirituales y somos amables con todos, especialmente con otros cristianos. No somos orgullosos ni pensamos que somos mejores que los demás, sino que recordamos que Jesús nos amó tanto, que se sacrificó por nosotros para que podamos servirlo a él y a los demás con libertad.
Así que, mientras caminamos juntos en esta vida, recordemos que la persistencia en hacer el bien no es solo una tarea sino una expresión de esa libertad y gratitud que hemos encontrado en Cristo. Es un reflejo de su amor en nuestras vidas.
Entonces hoy, mientras enfrentamos nuestras propias luchas y desafíos, recordemos estas palabras de ánimo y reflexionemos sobre cómo podemos seguir adelante, no solo por nosotros mismos, sino también por el amor que hemos recibido de Dios y que deseamos compartir con otros.
Oremos: Padre nuestro, ayúdanos a que no nos cansemos de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos. Que nuestra vida refleje gratitud y servicio hacia ti y hacia los demás, siendo testigos vivos de tu gracia transformadora. Amén.
Para reflexionar:
*¿Cómo impactan la gracia y la misericordia de Cristo en tu vida diaria y en tus interacciones con aquellos que te rodean, especialmente con aquellos que comparten tu fe?
*¿De qué manera el sacrificio de Jesús en la cruz cambia tu percepción de la vida, el perdón y la redención?