Cuida tu esencia – Cristo para Todas las Naciones

La sal es buena. Pero si la sal se hace insípida, ¿con qué le devolverán su sabor? Tengan sal en ustedes mismos, y vivan en paz unos con otros (Marcos 9:50).

A casi todos nos ha pasado alguna vez que hemos tenido frente a nosotros un plato que a la vista se ve ponderoso, decorado y delicioso, pero cuando lo probamos está desabrido, ¡porque no tiene sal! Además de salar y realzar el sabor de las comidas, la sal también cumple el propósito de preservar los alimentos para que no se descompongan, algo que era muy necesario en la antigüedad, cuando no existía todavía la refrigeración. Otros de los propósitos de la sal es que limpia, purifica y sana. Antes de que existieran los antisépticos, cuando había una herida abierta se le ponía sal para que cumpliera ese papel de antiséptico. Si bien era un proceso doloroso, al final la herida sanaba.

Hay muchos en este tiempo que creen ser el azúcar del mundo y se dedican a endulzar las consecuencias de la práctica del pecado menospreciándolas, negándolas o minimizándolas. Pero Jesús nos dice que nosotros, que somos su iglesia, somos la sal de la tierra. Ese es nuestro propósito. Por eso es necesario que cuidemos nuestra esencia manteniéndonos unidos a Jesús, quien nos ha hecho “sal” para los demás. Así como cuando estamos heridos Dios llega a nosotros con su paz y amor y nos sana, así nosotros podemos hacer lo mismo, llevando su amor y paz a quienes nos rodean. No permitamos que las cosas fútiles del mundo nos quiten el sabor que Dios nos ha dado para nuestra vida y para sazonar la vida de quienes nos rodean. Porque si la sal se hace insípida, ¿con qué le vamos a devolver su sabor?

Amada iglesia, Jesús nos llama a que seamos la sal que lleva al mundo su mensaje de salvación, amor y perdón. Hagámoslo con alegría y reverencia.

Querido Jesús, ayúdanos a guardar la buena esencia de la sal, para que podamos vivirla y compartirla en cada momento de nuestros días. Amén.

 Para reflexionar:

*¿De qué maneras eres ‘sal’ para los demás en tu vida diaria?

*¿Qué cosas podrían quitarle el sabor a la sal de tu vida?

Diaconisa Erica Jofre

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