Todos debemos someternos a las autoridades, pues no hay autoridad que no venga de Dios. Las autoridades que hay han sido establecidas por Dios. Por lo tanto, aquel que se opone a la autoridad, en realidad se opone a lo establecido por Dios, y los que se oponen acarrean condenación sobre ellos mismos… pues la autoridad está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces sí debes temer, porque no lleva la espada en vano, sino que está al servicio de Dios para darle su merecido al que hace lo malo. Por lo tanto, es necesario que nos sujetemos a la autoridad, no sólo por causa del castigo, sino también por motivos de conciencia (Romanos 13:1-5).
No puedo evitar enojarme un poco cuando leo este pasaje. Y es que veo los países donde las autoridades están bien corruptas y lejos de servirle a Dios. Entonces me cuesta entender lo que significa para mí este pasaje. ¿Te ha pasado eso, que te encuentras frente a la palabra viva de Dios y no puedes hacer más que rascarte la cabeza y pasar la página? Bueno, no pases la página aquí. Vamos a escudriñar este pasaje juntos.
Primero que todo, cuando se habla de «someterse» en este contexto, no significa que debemos estar bajo el control de alguien o bajo sus pies. Más bien es un término militar que nos insta a marchar en el orden apropiado. Se refiere a seguir las leyes y el orden establecido por Dios. O sea que todos debemos desempeñar nuestro papel y dejar de lado nuestros intereses egoístas.
Y cuando Pablo dice que no hay autoridad que no venga de Dios, quiere decir que toda autoridad tiene su origen en Dios, quien es la autoridad máxima a la cual, en definitiva, le debemos obediencia. Sin embargo, sabemos que hay gobernantes malvados. Y es porque, aunque tienen su autoridad de parte de Dios, él no les da órdenes respecto a cómo la emplean.
Así que, debemos obedecer las leyes y autoridades, excepto cuando se nos ordena hacer algo que va en contra de la Palabra de Dios. En ese caso, debemos resistir de manera pacífica y respetuosa.
Oremos: Dios, en las palabras difíciles de comprender, busco tu sabiduría y guía para entender tu voluntad. Ayúdame a discernir cómo aplicar estos principios en un mundo donde las autoridades se desvían de tu camino. Permíteme encontrar la forma de honrarte mientras cumplo con mis responsabilidades civiles y espirituales. Amén.
Para reflexionar:
*¿Cómo puedes reconciliar la idea de que todas las autoridades provienen de Dios con la realidad de gobiernos corruptos o injustos?
*¿Cuál es tu responsabilidad como individuo frente a las autoridades?
Diaconisa Noemí Guerra