En este monte el Señor de los ejércitos ofrecerá un banquete a todos los pueblos. Habrá los manjares más suculentos y los vinos más refinados. En este monte rasgará el velo con que se cubren todos los pueblos, el velo que envuelve a todas las naciones. Dios el Señor destruirá a la muerte para siempre, enjugará de todos los rostros toda lágrima, y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. El Señor lo ha dicho. En aquel día se dirá: «¡Éste es nuestro Dios! ¡Éste es el Señor, a quien hemos esperado! ¡Él nos salvará! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!» (Isaías 25:6–9).
Del 15 de septiembre al 15 de octubre, en los Estados Unidos celebramos el Mes de la Hispanidad. La visión de este banquete, que incluye a todos los pueblos, enfatiza que la gracia y la salvación de Dios son para todas las naciones y culturas. También resalta la esperanza firme que tenemos los cristianos de que todas las lágrimas serán enjugadas y se eliminarán las afrentas y las divisiones que existen entre los pueblos.
Esta fiesta de bodas es la celebración de Jesús. Por su cruz y resurrección, él venció la muerte para siempre. Su evangelio nos trae consuelo y esperanza.
Y el monte del Señor de los ejércitos, su Iglesia, es el lugar donde podemos participar de esta maravillosa fiesta. Y no tenemos que preocuparnos por nada. En nuestro Bautismo, Jesús nos viste con el vestido de bodas de su propia justicia perfecta. ¡Invitemos a todos!
Oremos: Señor, gracias por vestirnos de Cristo y prepararnos para el gran banquete en nuestro hogar celestial. Gracias por rasgar el velo que cubre a todos los pueblos, por destruir a la muerte para siempre y enjugar toda lágrima. Gracias por borrar de la tierra la afrenta de tu pueblo. ¡Nos regocijamos y alegramos en tu salvación! Amén.
Para reflexionar:
*¿Cómo demuestras en tu vida diaria tu gratitud y alegría por la salvación que tienes en Cristo?
*¿Qué haces para invitar a otros a unirse a la fiesta de bodas celestial?
Escrito por la Diaconisa Noemí Guerra