Entonces se le acercó Pedro y le dijo: «Señor, si mi hermano peca contra mí, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Hasta siete veces?» Jesús le dijo: «No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» (Mateo 18:21-22).
¡Feliz inicio del Mes de la Hispanidad en los Estados Unidos! Los latinos podemos ser una fuente de alegría y positividad en nuestra sociedad. Como nos enseña Jesús, nuestra oportunidad para perdonar y mostrar misericordia hacia nuestros hermanos y hermanas está basada en la misericordia abundante de Dios hacia nosotros.
Cuando Pedro le hace esa pregunta a Jesús, está buscando una respuesta práctica y concreta. Pero la respuesta de Jesús va mucho más allá de lo que Pedro esperaba. En lugar de establecer un límite específico para el perdón, Jesús nos llama y nos empodera en nuestro Bautismo a perdonar sin restricciones.
En este pasaje Jesús explica que el perdón no tiene límites. Perdonamos cuando ejercitamos nuestra fe mostrando amor y compasión hacia aquellos que nos han lastimado, mostrando amor como Dios lo mostró a nosotros.
Y es que, al ajustar sus cuentas con nosotros, Dios no actúa con ira, sino con compasión. Él no nos da el castigo que merecemos, sino que perdona todas nuestras deudas y nos libera de ellas por la cruz de Cristo. Y por el perdón de nuestros pecados, somos libres para perdonar a aquellos que pecan contra nosotros. Ya que, como dice Romanos 14:10, todos estaremos «ante el tribunal de Cristo», no debemos despreciar a nuestros hermanos, sino perdonarlos de corazón.
En este mes de la Hispanidad, recordemos el poder del perdón y la misericordia que recibimos por medio de Cristo en nuestras vidas y comunidades, y trabajemos juntos para construir un futuro mejor y más brillante para todos. Podemos confiar en el amor sin límites de nuestro Padre celestial, quien perdona diariamente todas nuestras deudas.
Oremos: Jesús, gracias por perdonarnos sin límites. Ayúdanos a perdonar a los que pecan contra nosotros con sencillez de corazón. Amén.
Para reflexionar:
*Piensa en todas las veces que Dios te ha perdonado, y luego pregúntate si estás perdonando a los demás de la misma manera.
*¿A quién necesitas pedirle hoy perdón o perdonarle?
Escrito por la Diaconisa Noemí Guerra