La barca ya estaba a la mitad del lago, azotada por las olas, porque tenían el viento en contra. Pero ya cerca del amanecer Jesús fue hacia ellos caminando sobre las aguas. Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre las aguas, se asustaron y, llenos de miedo, gritaron: «¡Un fantasma!» Pero enseguida Jesús les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!» (Mateo 14:24-27).
No sé si a ti te pasa lo mismo, pero a veces yo siento como que mi vida es un barco en medio del océano, sin tierra a la vista, luchando contra las olas y los vientos hostiles. No es fácil vivir en el mundo de hoy.
Pero, aunque nos sintamos perdidos y desamparados muchas veces, podemos recordar que Dios es el Creador y Sustentador de todas las cosas.
En Job 38 versículos 4 al 18, Dios le habla a Job desde una tormenta de vida quizá un poco más difícil que la que tú y yo estemos enfrentando hoy, si recuerdas todo lo que le pasó al pobre Job. Y allí en medio de esa tormenta, Dios le recuerda a Job su poder y sabiduría en la creación del mundo y en el gobierno de todo lo que existe.
Romanos 10 versículos 5 al 17 nos recuerda que la obra de Dios es cercana a nosotros. A través de la fe en Cristo, podemos tener una relación cercana con Dios. Jesús mismo nos muestra esto en Mateo capítulo 14, cuando camina sobre el agua para salvar a sus discípulos en medio de la tormenta. No es cuestión de sentirlo, es cuestión de saber que está con nosotros.
Porque, incluso cuando nos sentimos perdidos y desamparados, Dios está con nosotros y nos llama a tener fe en Él. Él nos habla tiernamente, como lo hizo con los discípulos en el mar: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!»
Oremos: Padre celestial, te agradecemos por tu obra en nuestras vidas. Ayúdanos a recordar tu poder y sabiduría en todas las cosas y a tener fe en ti en medio de las tormentas de la vida. Amén.
Para reflexionar:
*¿Dónde puedes ver la obra de Dios en tu vida cotidiana?
*¿Cómo puedes tener fe en Dios en medio de las tormentas de la vida?
Escrito por la Diaconisa Noemí Guerra