Perseverancia – Cristo para Todas las Naciones

Pero ustedes, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Fíjense en el labrador, cómo espera el preciado fruto de la tierra, y cómo aguarda con paciencia a que lleguen las lluvias tempranas y tardías. También ustedes, tengan paciencia y manténganse firmes, que ya está cerca la venida del Señor… Hermanos míos, tomen como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor (Santiago 5:7-8 y 10).

Vivimos en un mundo acelerado. Los avances tecnológicos se mueven a un ritmo vertiginoso, avances que nos han ido acostumbrando a obtener resultados instantáneos. Nos hemos ido convirtiendo poco a poco en una generación impaciente e intolerante a todo tipo de demoras.  Queremos las cosas en el momento y cada vez más rápido.

Recuerdo bien cuando mi esposo y yo éramos novios, hace casi 25 años. Él vivía en Carolina del Norte y yo en Texas. No teníamos muchas opciones para comunicarnos, excepto por las costosas llamadas de larga distancia y el correo postal. Escribíamos una carta, la poníamos en un sobre, le poníamos la estampilla, la llevábamos a la oficina del correo y esperábamos unos 2 o 3 días a que el otro la recibiera. ¡Para luego repetir el proceso! 

No nos imaginábamos que después de un par de años podríamos comunicarnos en cuestión de segundos por correos electrónicos y textos e incluso con video llamadas. Este aceleramiento explica por qué a veces el concepto bíblico de perseverancia puede sonar tan raro en estos días.  Nos cuesta esperar, nos cuesta ser pacientes.

La Biblia nos llama a perseverar y a tener paciencia. Nos llama a mantenernos creyendo y confiando a pesar de las pruebas y los sufrimientos, con una perspectiva de largo alcance, de enfoque en el futuro y no en el presente inmediato.

No permitamos que las pruebas o los obstáculos en esta vida nos desanimen o nos distraigan de la meta de nuestra fe, que es la salvación eterna en Cristo Jesús, a quien esperamos pacientemente.

Oremos: Amado Dios, ayúdame a ser paciente mientras espero tu venida. Amén.

Para reflexionar:

  • ¿De qué maneras puedes ejercitar cada día tu paciencia?
  •  Toma un tiempo para darle gracias a Dios por todo, aun por las pruebas de la vida.

Escrito por la Diaconisa Noemí Guerra

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