Pedro dijo entonces a Jesús: «Señor, ¡qué bueno es para nosotros estar aquí! Si quieres, podemos hacer tres cobertizos: uno para ti, otro para Moisés, y otro para Elías.» Todavía estaba hablando cuando una nube de luz los cubrió, y desde la nube se oyó una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco. ¡Escúchenlo!» (Mateo 17:4-5).
Qué difícil es la labor del jurado en los tribunales de justicia. Tomar una decisión es difícil, ya que tienen que creer en algo que ellos no han visto, no son testigos. Pueden llegar a dar un veredicto que condene a un inocente o libere a un culpable. Para poder dar un veredicto correcto, el jurado tiene que apoyarse en todas las evidencias posibles. Un factor clave para llegar a un veredicto es el testimonio de personas que estuvieron en el lugar de lo ocurrido.
La ley de los judíos decía que todo testimonio importante tenía que ser comprobado por la palabra de dos o tres testigos. En la transfiguración de Jesús se mantiene esta pauta y el testimonio de lo sucedido en ese monte fue presenciado por tres testigos en el cielo, y tres en la tierra.
Moisés y Elías son los representantes de Dios, Moisés representando la Ley y Elías representando los profetas. En la tierra Pedro, Jacobo y Juan representaban a la iglesia. El tercer testigo en el cielo es el Padre quien da testimonio del Hijo, y nos dice “escúchenlo a Él”.
Con estos testigos y el testimonio continuo de los apóstoles, creo que podemos dar un veredicto sin temor, podemos estar completamente seguros de que nuestro veredicto es el correcto: Jesucristo es el Hijo de Dios, por Él podemos ser reconciliados con el Padre. Solamente en Jesús tenemos el perdón de pecados. El Hijo de Dios resucitó y está vivo hoy, está con nosotros. Su Espíritu Santo está tocando a la puerta de tu corazón con su Palabra, escucha al Hijo y recibe su regalo de la vida eterna.
Oremos: Amado Padre, gracias por el regalo de tu Hijo. Fortalece mi fe por el testimonio de tu Palabra. Amén.
Para Reflexionar:
- Escuchar al Hijo es escuchar al Padre. ¿Cómo estás escuchando a Dios hoy?
- Piensa y ora por alguna persona con quien compartirás el testimonio de Jesús.
Escrito por la Diaconisa Noemí Guerra