¿Será que Dios me está castigando? – Cristo para Todas las Naciones

En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre; y ya han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda; porque el Señor disciplina al que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.» Si ustedes soportan la disciplina, Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no discipline? Pero si a ustedes se les deja sin la disciplina que todo el mundo recibe, entonces ya no son hijos legítimos, sino ilegítimos. Por otra parte, tuvimos padres terrenales, los cuales nos disciplinaban, y los respetábamos. ¿Por qué no mejor obedecer al Padre de los espíritus, y así vivir? La verdad es que nuestros padres terrenales nos disciplinaban por poco tiempo, y como mejor les parecía, pero Dios lo hace para nuestro beneficio y para que participemos de su santidad. Claro que ninguna disciplina nos pone alegres al momento de recibirla, sino más bien tristes; pero después de ser ejercitados en ella, nos produce un fruto apacible de justicia. Hebreos 12:4-11

He conocido a muchas personas que han sufrido terribles tragedias y piensan que eso sea un castigo de Dios. Algunos se sienten avergonzados y culpables, aunque no saben por qué. La tragedia ya es bastante mala, pero ahora también están preocupados: ¿será que Dios está enojado conmigo? ¿Tengo que sobrellevar esto solo, sin su consuelo y fuerza?

¡Absolutamente no! Escuche al Espíritu Santo en este pasaje cuando habla de disciplina. Él dice: “Dios los trata como a hijos… Dios lo hace para nuestro beneficio y para que participemos de su santidad.” La disciplina la usamos con las personas que amamos, y lo hacemos por su bien. Es algo limitado, no destructivo, y tiene una meta: “un fruto apacible de justicia”.

Un accidente que destruye la vida y que sucede sin ton ni son, no es disciplina. Ningún padre amoroso causaría tal cosa y ningún niño se beneficiaría de ello tampoco. No, estos horrores son cosas que suceden porque vivimos en un mundo roto. Dios no está feliz cuando nos lastiman, y quiere que nos volvamos a Él en busca de consuelo y fortaleza.

Es cierto que Dios puede tomar cualquier cosa, por más mala que sea, y sacar algo bueno de ella. Pero eso no es lo mismo que decir que Dios lo quiso, o que el mal fue un castigo. No debemos sentirnos avergonzados o culpables porque nos haya pasado algo horrible. Suceden cosas horribles, y Dios se aflige con nosotros cuando sufrimos.

Si te preocupa este tema, es un buen momento para hablar con un pastor o consejero cristiano. Y sobre todo ten en cuenta que el Señor, que dio su vida por ti y resucitó para hacerte suyo para siempre, no disfruta castigando a las personas. Si estás pasando por un gran sufrimiento, vuélvete a Él en busca de misericordia y consuelo. Él te recibirá con los brazos abiertos.

Oración: Querido Señor, ayúdame a ver tu amor por mí. Amén.

Para reflexionar:

¿Cuál es la diferencia entre disciplina y abuso?

¿Estás de acuerdo en que la verdadera disciplina es una señal de amor y pertenencia a la familia de Dios? ¿Por qué sí, o por qué no?

Dra. Kari Vo

Write a comment:

*

Your email address will not be published.

© 2008 - 2022 Cristo para Todas las Naciones Guatemala