Ellos se espantaron y se atemorizaron, pues creían estar viendo un espíritu; pero Jesús les dijo: “¿Por qué se asustan? ¿Por qué dan cabida a esos pensamientos en su corazón? ¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! Tóquenme y véanme: un espíritu no tiene carne ni huesos, como pueden ver que los tengo yo”. Lucas 24:37-39
Un avión con jugadores de rugby uruguayos cae en la Cordillera de los Andes; se parte en dos. Algunos sobreviven rodeados de la nieve y el frío penetrantes. Un día se da por terminada la búsqueda. Ellos, sin embargo, luchan por sobrevivir. Los dan por muertos, pero ellos no se resignan. Un par de ellos caminan varios días y logran anunciar que hay sobrevivientes. Llega el rescate. Gran historia para una película. El título lo dice todo: ¡Viven!
Dar a alguien por muerto … pero sorprenderse que al final no lo estaba. ¡Conmovedor! Pero Jesús no fue dado por muerto: él estaba muerto. Había entregado su último aliento. Pero también había dicho que iba a resucitar. ¿Lo habían creído sus seguidores? ¿Habían prestado atención a lo que las Escrituras decían? Parece que no … o lo habían olvidado.
La muerte, para ser derrotada, necesitaba que alguien la derrotara desde adentro. Jesús -Dios hecho hombre- vino con esa misión. Lo dieron por muerto demasiado pronto. Ahora está frente a los suyos, pero lo confunden con un fantasma. Están muy asustados, porque están equivocados. No se trata de un fantasma. Es Él mismo, que anduvo con ellos desde un principio. La muerte no pudo salirse con la suya. Por fin alguien vino y la venció.
El primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a vivir dice: Mira … toca … cree. No es un fantasma. Es Él, de cuerpo presente. Cantemos con San Pablo: ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ¡Él vive!¡Aleluya!
Señor de la vida: Celebro tu resurrección. Ayúdame a creer, vivir y anunciar tu gran victoria. Amén
Para reflexionar
¿Qué esperanza albergas ante tu propia muerte?
¿Qué sentimientos produce en ti la muerte de tus seres queridos?
¿Qué puedes hacer para fortalecer tu fe en el resucitado?