Esta devoción se combina con el sermón de la Hora Luterana de este fin de semana, que se puede encontrar en lutheranhour.org.
En cierta ocasión, los discípulos comenzaron a discutir acerca de quién de ellos era el más importante. Cuando Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, tomó a un niño y, poniéndolo junto a él, les dijo: «Cualquiera que reciba a un niño así en mi nombre, me recibe a mí; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió. Porque el más insignificante entre todos ustedes, es el más grande de ustedes.» Lucas 9:46-48
Recientemente, leí la biografía de una gran persona. No podía dejar de leer el libro. Me encontré adentrándome en la historia de su vida. Leer una biografía bien escrita de una gran persona es muy diferente a leer un artículo de enciclopedia. Una biografía no solo te habla de esa persona en un breve resumen sino que te la muestra, te ofrece una vida en la que puedes adentrarte por un rato.
Los primeros seguidores de Jesús se apresuraron a registrar la biografía de Jesús, cuatro de ellos, en realidad: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estas biografías inspiradas no solo hablan de Jesús, sino que nos lo muestran. Continúan poniendo ante cada lector y oyente la grandeza única de Jesucristo. Y nos llaman a adentrarnos en la vida de Jesús para siempre.
El texto de hoy es un pequeño extracto de la biografía de Jesús registrada por Lucas. En el capítulo 9, Lucas nos lleva a un viaje vertiginoso caminando con Jesús. Nos está mostrando lo que realmente cuenta como una vida de grandeza. Al comienzo del capítulo, Jesús les da poder a sus discípulos para ayudar a las personas de una manera más profunda. La escena cambia y Jesús permite que sus discípulos participen más de su grandeza: lo poco que tenían para contribuir más el poder de Jesús alimentó a una multitud del tamaño de un estadio. ¡Ahora estaban seguros de que estaban en presencia de la mejor vida jamás vivida! Pero Jesús les dice que su vida tendrá un final trágico (aunque temporal). Y ellos no entienden cómo encaja esto con su grandeza. Lucas cambia de escena nuevamente, y estamos arriba en la montaña, y Jesús está brillando como un relámpago. No podría ser más claro que Él es el Elegido de Dios. Moisés y Elías incluso aparecen para ser sus testigos. Escuchamos algo acerca de una partida, un nuevo éxodo de la esclavitud que Jesús logrará. Pero antes de que nos demos cuenta, estamos de vuelta en la montaña en el valle, donde sus discípulos son impotentes contra el diablo. Y luego comienzan a discutir sobre cuál de ellos es el más grande.
Hay algo especial al leer una biografía que te obliga a pensar en tu propia historia inconclusa.
Cuando nos adentramos en la biografía de Jesús, empezamos a ver nuestra propia situación con más claridad. Al igual que los primeros seguidores de Jesús, nos encontramos anhelando la grandeza en nuestros propios términos. Nos hemos esclavizado en nuestras propias historias de vida inseguras. Pero la biografía de Jesús ofrece un éxodo, una salida de la pequeñez egocéntrica hacia la grandeza en los términos de Dios. Esto es lo que significa tener grandeza: es adentrarte en Jesús y encontrarte acogido a su lado como ese niño que él mencionó. Y en su Nombre, acoger allí también a otros pequeños.
ORACIÓN: Señor Jesús, me has ofrecido tu vida. Quiero adentrarme y perderme en tu historia. Amén.
Para reflexionar:
En Lucas 9:48, Jesús nos dice que consideremos al más pequeño, al más débil, al más insignificante como el más grande. ¿Cómo refleja esa actitud el enfoque de su misión?
Piensa en las personas pequeñas, débiles e insignificantes que conoces. ¿Qué significaría para ti tratarlos como los más importantes?
Rev. Dr. Michael Zeigler, Orador de La Hora Luterana