Lo mismo pasa con ustedes. Puesto que anhelan tener los dones espirituales, procuren abundar en ellos para la edificación de la iglesia. Por lo tanto, el que hable en una lengua extraña, pida en oración poder interpretarla… Entonces, ¿qué debo hacer? Pues orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento. Porque si tú alabas a Dios sólo con el espíritu, ¿qué hará el que solamente está escuchando? ¿Cómo dirá «Amén» a tu acción de gracias, si no sabe lo que has dicho? Tu acción de gracias puede ser muy buena, pero el otro no será edificado. Doy gracias a Dios de que hablo en lenguas más que todos ustedes, pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para poder enseñar a los demás, que diez mil palabras en una lengua extraña. Hermanos, no sean como niños en su modo de razonar. Sean como niños en cuanto a la malicia, pero en su modo de razonar actúen como gente madura. 1 Corintios 14: 12-13, 15-20
Tengo una querida amiga que estaba pensando en dejar su iglesia. Ella sentía que la habían defraudado. Sus sentimientos estaban heridos y pensó que a nadie le importaba. «Quedarme aquí no me ayuda», me dijo. «No creo que vaya a recibir nada más de esta iglesia».
Yo no podía decirle que estaba equivocada. Las personas se lastiman entre sí e incluso rompen sus compromisos, a veces sin siquiera darse cuenta. Y hay ocasiones en las que la mejor opción es irse a otra parte. Descubrir lo que Dios quiere que hagas requiere de mucho pensar, orar y el consejo de sabios amigos cristianos. Pero, en medio de todo esto, yo sentí que tenía que preguntarle algo a mi querida amiga.
«Dices que ya no recibes nada de la iglesia y que puedes prescindir de todos ellos», le dije. “¿Pero has visto la otra cara de la moneda? ¿Crees que tú has terminado con la obra que Dios te puso a hacer en esa iglesia? ¿Pueden ellos prescindir de ti?”
Porque hay dos caras de la moneda en nuestra interacción con otros cristianos, ¿no es así? Recibimos de ellos: predicación, enseñanza, comunión, oración, compañerismo, cuidado y amor. Pero también debemos dar nosotros, y eso es lo que es tan fácil de olvidar.
Pablo dice: “procuren… la edificación de la iglesia… pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para poder enseñar a los demás, que diez mil palabras en una lengua extraña”. Ya sea que seas un pastor ordenado o un laico, tienes un papel que desempeñar en la iglesia. Algunos roles son muy obvios: maestro, predicador, anciano, administrador. Algunos roles se pasan por alto: desyerbador de jardines, almacenador de bancos de alimentos, organizador de las comidas compartidas. Y algunos roles puede que los conozcan solamente tú y Dios: llamar a las personas solitarias, cuidar de niños pequeños mientras sus padres toman la Comunión, darse cuenta cuando alguien está ausente y en silencio preguntar si están bien.
Y sobre todo, hay intercesores, personas que regularmente, fiel y en completa privacidad le piden a Dios que satisfaga las necesidades de la iglesia, de proteger a los débiles, proveer para los pobres, consolar a los afligidos y para que inspire a los que enseñan y predican. La iglesia no puede prescindir de quienes oran, aquellos que se acercan a la presencia de Dios pidiéndole que haga lo que nosotros no podemos hacer: crecer su iglesia y llevar a otros a la fe en Jesús.
No importa cuál sea tu situación, ¡incluso si estás en coma! Tu presencia es una bendición para la iglesia. ¿Cómo podría ser de otra manera? Eres miembro del cuerpo de Cristo, y Jesús vive a través de ti, el mismo Jesús que dio su vida por la iglesia y por el mundo entero. El amor que lo llevó a la cruz, el amor que lo resucitó de entre los muertos y que también te resucitará a ti, ese amor está vivo en ti, una bendición para quienes te rodean.
ORACIÓN: Querido Señor, vive a través de mí y úsame para edificar tu iglesia de la manera que mejor veas. Amén.
Para reflexionar:
¿Puedes pensar en alguien que sea fiel en algún tipo de cuidado o servicio aunque por lo general se le pase por alto?
¿De qué formas te usa Dios en cada área de tu vida?
Dra. Kari Vo