Después de cumplir con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Nazaret, que era su ciudad en Galilea. El niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios reposaba en él… Y Jesús siguió creciendo en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y con los hombres.