Ninguna crisis es demasiado grande – Cristo para Todas las Naciones

Cuando llegue el momento, se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo. Serán momentos angustiosos, como jamás los hubo desde que la humanidad existe, pero llegado el momento tu pueblo será liberado, lo mismo que todos los que estén registrados en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que instruyen a muchos en la justicia serán como las estrellas por toda la eternidad. Daniel 12: 1-3

El libro de Daniel es un libro fascinante. En él aprendemos de Daniel. Daniel fue exiliado de Judá a Babilonia, provenía de la crema innata israelita: era noble, bien educado, guapo, lleno de conocimiento y perspicacia. Sí, él era un hombre competente en todos los aspectos (ver Daniel 1: 3-7). Y como tal, Daniel fue seleccionado para recibir una educación babilónica de primera clase para que, al cabo de tres años, él y sus tres amigos, Sadrac, Mesac y Abednego, pudieran servir al rey de Babilonia en su corte.

Daniel también fue alguien a quien Dios le dio mensajes profundos como el texto de hoy sobre el pueblo de Israel. En él hay una referencia bíblica a una resurrección, un juicio final y una vida después de la muerte. También habla de un período de gran angustia y la liberación de todos aquellos cuyos nombres «estén registrados en el libro». ¡Cuán acorde con el carácter de Dios es esto! Incluso en medio de toda la agitación que está teniendo lugar en esos siglos lejanos, Dios no abandona a su pueblo; y no lo abandonará jamás.

Y este mensaje nos habla hoy tan claramente como lo hizo con Daniel y aquellos que quieran escuchar. Cuando los tiempos son sombríos y las naciones luchan entre sí, cuando es difícil discernir quiénes son nuestros aliados y quiénes nuestros enemigos, Dios está allí con nosotros. Cuando aumentan las persecuciones, cuando el odio y la malicia se vuelven algo común, Dios muestra que Él vela por nuestras vidas y nuestro futuro eterno.

¿Cómo? Mediante el sacrificio de la vida, muerte y resurrección de su Hijo Jesucristo. Ahora, en una victoria que aplasta al diablo, Jesús reina sobre todo en el cielo y la tierra (ver Apocalipsis 5: 12-13). Nada de lo que experimentamos, sin importar cuán terrible o perturbador sea, está más allá de su amor por nosotros. En fe, somos suyos, y Él nos guiará en medio de cualquier cosa que pruebe esa fe, ya sea un horno de fuego, un foso de leones o la crisis que estás enfrentando hoy.

No ajeno a los difíciles giros y vueltas de la vida, como Daniel, el apóstol Pedro sabía que Dios también estaría allí con él, protegiéndolo para la vida eterna. “Pero el Dios de toda gracia, que en Cristo nos llamó a su gloria eterna, los perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá después de un breve sufrimiento” (1 Pedro 5:10). ¡Qué maravilloso estímulo!

Mira, esto es lo que hace Dios: él mantiene nuestros nombres a salvo en el libro de la vida.

ORACIÓN: Padre Celestial, fortalécenos para enfrentar las pruebas de la vida con los ojos de la fe. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

Para reflexionar:

¿Cuál es tu historia favorita del libro de Daniel?

¿Tienes un ejemplo de cómo Dios te fortaleció después de “un breve sufrimiento”?

Paul Schreiber

Write a comment:

*

Your email address will not be published.

© 2008 - 2022 Cristo para Todas las Naciones Guatemala