Luisa había sentido envidia durante 35 años de su propia hermana, quién había convencido a sus padres de que le dieran una gran parte de la propiedad de la familia. Luisa estaba enojada con su hermana y no lo había hablado desde entonces; el resentimiento la carcomía y parecía que nunca sería capaz de perdonar y olvidar.
Muchas personas son como Luisa, envenenan su vida por guardar resentimientos y envidia. ¿Se puede hacer algo para ayudarlos a perdonar y olvidar? ¡La respuesta es SI!
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