Después del desastre – Cristo para Todas las Naciones

Sí, así ha dicho Dios el Señor: «Yo mismo voy a ir en busca de mis ovejas, y yo mismo las cuidaré, 12 tal y como las cuida el pastor cuando se halla entre sus ovejas esparcidas. Yo las rescataré de todos los lugares por los que fueron esparcidas aquel día nublado y oscuro. 13 Las sacaré de los pueblos y países donde ahora están, y las traeré a su propia tierra; las apacentaré en los montes y en las riberas de Israel, y en todos los lugares habitados del país. 14 Las apacentaré en los mejores pastos, y pondré su aprisco en los altos montes de Israel; allí dormirán en un buen redil, y serán apacentadas en los pastos suculentos de los montes de Israel. 15 Yo les daré a mis ovejas buenos pastos y apriscos seguros. 16 Buscaré a las ovejas perdidas, y devolveré al redil a las que perdieron el camino; les vendaré las patas a las ovejas lastimadas, y fortaleceré a las ovejas débiles. Seré justo con mis ovejas, pero eliminaré a las ovejas engordadas y rechonchas.» Ezequiel 34:11-16

¿Alguna vez has tenido que lidiar con un desastre?

Si es así, sabes que cuando te enfrentas con un desastre, no hay tiempo para entrar en pánico, llorar o tener miedo. Alguien tiene que lidiar con él, y ese alguien eres tú. Primero tus ojos recorren la escena para ver quién está sangrando, lastimado, o simplemente magullado. Luego, te fijas para ver si alguna amenaza inmediata, como un incendio o automóviles que se aproximan. Después haces un inventario de los recursos a mano: alguien que pueda buscar ayuda, con qué auxiliar a quienes están lastimados, etc. Y finalmente entras en acción haciendo todo lo que puedes, hasta que todo termina y puedes irte a tu casa a desplomarte en un sillón.

En el texto para hoy, Ezequiel nos muestra a Dios lidiando con un desastre. Su pueblo ha sido atacado y esparcido como ovejas indefensas ante el mal. Y Dios dice: “Yo mismo voy a ir en busca de mis ovejas, y yo mismo las cuidaré… Yo las rescataré de todos los lugares por los que fueron esparcidas aquel día nublado y oscuro… Las sacaré de los pueblos y países donde ahora están… Buscaré a las ovejas perdidas, y devolveré al redil a las que perdieron el camino; les vendaré las patas a las ovejas lastimadas, y fortaleceré a las ovejas débiles. Seré justo con mis ovejas, pero eliminaré a las ovejas engordadas y rechonchas».

¿Cómo hizo Dios eso? ¿Cómo lidia Dios con el desastre que es nuestro mundo hoy, lleno de violencia, odio, plagas, guerras y anarquía? ¿Cómo lidia con nuestros desastres personales: nuestro dolor, vergüenza, miedo, preocupación y soledad? A través de Jesucristo, nuestro Pastor.

Mira lo que dice el Señor: «Yo mismo voy a ir en busca de mis ovejas». Dios mismo vino a nuestro mundo en busca de nosotros. Durante su ministerio enseñó la verdad, sanó a los enfermos, resucitó a los muertos y dio las buenas nuevas de salvación a los pobres. Y finalmente puso fin a todo esto dando su vida por sus ovejas. A través de su muerte nos liberó del poder del mal, y mediante su resurrección de entre los muertos nos trajo una vida que durará para siempre. Nuestro desastre se ha convertido en una bendición.

ORACIÓN: Amado Señor, gracias por ser mi Pastor y mantenerme cerca de Ti. Amén.

Preguntas de reflexión:
Si alguna vez has sufrido un desastre, ¿quién te ayudó? ¿De qué forma y por qué lo hizo?
¿Puedes ver a Jesucristo reflejado en el cuidado amoroso de esa persona?

Dra. Kari Vo

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