La magnitud del amor de Dios – Cristo para Todas las Naciones

… porque al Padre le agradó que en él habitara toda plenitud, 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Colosenses 1:19-20

Los productores de cine disfrutan mucho explorando la inmensidad, complejidad y lo desconocido del universo. Se han producido muchas películas de ciencia ficción sobre batallas interestelares, guerras entre diferentes galaxias y la tierra defendiéndose de invasiones extraterrestres.

Pero la ciencia real es diferente. Los científicos están haciendo todo lo posible para extender su alcance a la extensión aparentemente ilimitada del universo. Ya hay empresas que han logrado llevar hombres a la luna, que han desarrollado telescopios de alta potencia y que operan estaciones espaciales tripuladas internacionales.

Pero ¿y Dios? ¿Cómo podemos salvar nuestra distancia con él?

Dado que Dios es Espíritu, ningún telescopio nos permitirá verlo, y ningún microscopio será capaz de identificar sus huellas digitales o su tipo de sangre. Y como si esto no fuera suficiente, nuestro pecado nos ha separado de nuestro Creador. De hecho, el universo mismo ha sido corrompido por el pecado. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo nos acercamos a Dios? ¿Es posible cruzar el abismo entre él y nosotros?

Afortunadamente, la Biblia da una respuesta cuando dice que Dios reconcilió todas las cosas en la tierra y en el cielo consigo mismo, «haciendo la paz mediante la sangre de su cruz [de Jesús]».

Dios es el Creador de todas las cosas. Él es el Creador de las galaxias distantes y de los granos de arena bajo nuestros pies. Y quien todo lo creó, ahora quiere restaurarlo a través de su Hijo Jesucristo. Solo a través del Salvador podemos ser liberados del poder de las tinieblas, podemos ser perdonados, podemos regresar a la familia de la que el pecado y Satanás nos han robado.

Ahora bien, no hay duda de que cuando nos comparamos con el universo, somos muy pequeños. Apenas estamos comenzando a comprender las inmensas profundidades del espacio exterior y las fuerzas misteriosas que actúan en ese reino. Pero, a pesar de las incógnitas del espacio, sabemos que el Señor es aún más grande, y Él se ha dado a conocer. Él es el Creador de todas las cosas, el que mantiene la armonía y el orden. 

Y Él es quien envió a Su Hijo Jesús para que se convirtiera en uno de nosotros y diera su vida para rescatarnos del miedo y la incertidumbre. El pesebre, la cruz y la tumba vacía de Jesús no son ciencia ficción: son la realidad de Dios Padre quien, a través de ellos, ha salvado la distancia que nos separaba.

ORACIÓN: Padre Celestial, Señor del universo, gracias por rescatarnos del pecado, la muerte y Satanás. En el nombre de Jesús. Amén.

Preguntas de reflexión:
¿Qué hizo Dios para hacer las paces con el universo?
¿Por qué crees que Dios haría semejante cosa por nosotros?

Rev. Fernando Henrique Huf, Ministerios de la Hora Luterana en Brasil.

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