Cristo para Todas las Naciones

Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla. Él la purificó en el lavamiento del agua por la palabra (Efesios 5:25b-26).

La escritora de esta devoción nos dice: ¿Has sentido alguna vez la necesidad urgente de bañarte, o lavarte las manos o la cara? ¿De sentirte verdaderamente limpio? En el año 2001, mi esposo y yo éramos misioneros recién casados. Él trabajaba cosechando hojas de tabaco para sostener nuestra familia, mis estudios universitarios y la iglesia que plantábamos. La savia pegajosa del tabaco lo incomodaba muchísimo, y aunque llegaba a casa con hambre, lo primero que hacía era correr a bañarse para sentirse limpio.

La lectura de hoy nos habla del amor sacrificial de Jesús, quien no solo murió por nosotros, sino que nos ofrece su verdadera limpieza y perdón a través del Bautismo. No importa cuán sucio o cansado te sientas espiritualmente, Jesús ya hizo todo para limpiarte, renovarte y darte una vida plena y eterna.

Bautizar generalmente significa «lavar con agua», ya sea por inmersión, derramamiento o aspersión, pero el Bautismo cristiano es mucho más que eso. Es lavar con agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, según la institución de Cristo.

El agua del Bautismo en sí misma no es especial ni más santa que cualquier otra agua, pero al estar unida a la Palabra de Cristo nos lava verdaderamente de la savia pegajosa de nuestro pecado. Allí nos limpia, nos da una vida nueva y nos une a Él.

En el Bautismo, Dios toma la savia pegajosa e incómoda de tu culpa, tu pasado, y todo lo que te separa de Dios, y te da su pureza, su amor y su promesa de vida eterna. Cristo lo ha hecho todo para darte un nuevo comienzo y una esperanza que no se acaba. Ahora puedes compartir el regalo de esta noticia con alguien más.

Oremos: Padre nuestro, gracias por el amor sacrificial de Jesús, quien entregó su vida para limpiarnos verdadera y completamente de la savia pegajosa del pecado y la culpa. En el nombre de Jesús. Amén.

 Para reflexionar:

*¿Cómo te has sentido cuando Jesús limpió algo en tu vida que parecía imposible de quitar?

*¿Con quién puedes compartir el impacto del amor de Cristo en tu vida?

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